(Políticamente muy incorrecto. Abstenerse mentes progres de piel fina). Crítica a las ayudas a la contratación para colectivos en riesgo de exclusión.
Pues viendo que tengo el blog muy abandonado me lanzo a colgar una respuesta propia, bastante osada, en un hilo de burbuja. En él fui la única voz que defendía a un chaval parado, que protestaba por la discriminación positiva, mientras el resto (con trabajo la mayoría) le llamaba miserable e incluso algún minusválido le decía que se jodiera y no se quejara que bastante suerte tenía. Ahí va:
"La discriminación positiva apesta.
Tenemos un país con gente válida saliendo por patas y los 4 puestos sin enchufe que ofrecen los empresaurios patrios, copados por gente con diplomita, justificado o no, en el que dice que el trabajo para él, pobrecito, porque lo tiene más difícil que los demás. Con dos cojones.
Todo lo que se aleje de la meritocracia y de la recompensa al más capaz nos hunde más en el hoyo a nivel económico, social y moral. Un minusválido, gitano, mujer maltratada o lo que se os ocurra, puede competir en igualdad para muchos puestos y ese debería ser su objetivo. Conseguir un puesto lícito en competencia y sentirse capaz y válido. Amén de ser un ejemplo para la sociedad. Lo que tenemos ahora no los dignifica, los encasilla como inútiles parásitos irredentos y una carga odiosa para el resto que está menos protegido que ellos.
No estoy en contra de que a quien no pueda hacerse un hueco compitiendo, se le facilite lo mínimo para no pasar penurias (no discapacitados incluidos). Y me parece justo que los discapacitados tengan todo tipo de asistencia sanitaria y técnica que necesiten, pagada por el resto. Pero de ahí a contratarlos preferentemente, discriminando al más válido, va un abismo. Y en ese abismo caemos todos como sociedad.
Pensadlo bien, si estamos en contra de los privilegios no meritocráticos como la monarquía hereditaria o creemos que se debe recompensar a quien toma las decisiones acertadas, hay algo que estamos haciendo muy mal con este tema. Pongo ejemplo extremo y no mayoritariamente representativo (me perdonen los minusválidos que no se buscaron su minusvalía porque pondré de ejemplo a gente que sí, que los hay). Fulanito, responsable, competente y docto, emigrando para huir de la miseria. Mientras Fulgencio, cani de libro, recibe su paga o consigue un contrato por haberse pegado la ostia mientras hacía caballitos con la moto pasao de coca. Y no olvidemos a Jeny, cobrando como el Fulgencio, gracias al mérito de elegir un delincuente maltratador como pareja, porque le hacía el chirri fanta con su malotismo. Ese es el modelo que estamos fomentando y las recompensas/castigos que estamos asociando a cada perfil de comportamiento. Luego vendrán los lloros y pediremos remesas a a los emigrados, que nos mandarán atpc y nos dirán que disfrutemos de lo seleccionado en recursos humanos."
Espero no haber ofendido demasiado a nadie, pero creo sinceramente en lo que he escrito y me parece necesario luchar de vez en cuando contra la mordaza de lo políticamente correcto. O al menos así lo aprendí de un gran amigo al que respeto y aprecio de corazón. Un abrazo tío.
"La discriminación positiva apesta.
Tenemos un país con gente válida saliendo por patas y los 4 puestos sin enchufe que ofrecen los empresaurios patrios, copados por gente con diplomita, justificado o no, en el que dice que el trabajo para él, pobrecito, porque lo tiene más difícil que los demás. Con dos cojones.
Todo lo que se aleje de la meritocracia y de la recompensa al más capaz nos hunde más en el hoyo a nivel económico, social y moral. Un minusválido, gitano, mujer maltratada o lo que se os ocurra, puede competir en igualdad para muchos puestos y ese debería ser su objetivo. Conseguir un puesto lícito en competencia y sentirse capaz y válido. Amén de ser un ejemplo para la sociedad. Lo que tenemos ahora no los dignifica, los encasilla como inútiles parásitos irredentos y una carga odiosa para el resto que está menos protegido que ellos.
No estoy en contra de que a quien no pueda hacerse un hueco compitiendo, se le facilite lo mínimo para no pasar penurias (no discapacitados incluidos). Y me parece justo que los discapacitados tengan todo tipo de asistencia sanitaria y técnica que necesiten, pagada por el resto. Pero de ahí a contratarlos preferentemente, discriminando al más válido, va un abismo. Y en ese abismo caemos todos como sociedad.
Pensadlo bien, si estamos en contra de los privilegios no meritocráticos como la monarquía hereditaria o creemos que se debe recompensar a quien toma las decisiones acertadas, hay algo que estamos haciendo muy mal con este tema. Pongo ejemplo extremo y no mayoritariamente representativo (me perdonen los minusválidos que no se buscaron su minusvalía porque pondré de ejemplo a gente que sí, que los hay). Fulanito, responsable, competente y docto, emigrando para huir de la miseria. Mientras Fulgencio, cani de libro, recibe su paga o consigue un contrato por haberse pegado la ostia mientras hacía caballitos con la moto pasao de coca. Y no olvidemos a Jeny, cobrando como el Fulgencio, gracias al mérito de elegir un delincuente maltratador como pareja, porque le hacía el chirri fanta con su malotismo. Ese es el modelo que estamos fomentando y las recompensas/castigos que estamos asociando a cada perfil de comportamiento. Luego vendrán los lloros y pediremos remesas a a los emigrados, que nos mandarán atpc y nos dirán que disfrutemos de lo seleccionado en recursos humanos."
Espero no haber ofendido demasiado a nadie, pero creo sinceramente en lo que he escrito y me parece necesario luchar de vez en cuando contra la mordaza de lo políticamente correcto. O al menos así lo aprendí de un gran amigo al que respeto y aprecio de corazón. Un abrazo tío.