Friday, July 13, 2012

Desarrollo



El otro día, cacharreando por un foro, salió a la luz el tema de lo barato que sería acabar con el hambre en el mundo (bastaría con una fracción de cualquier rescate bancario, de los muchos que ha habido desde 2008). Sin embargo, muchos foreros argumentaban que eso no serviría para nada, porque el crecimiento resultante de la población traería el problema de vuelta y acrecentado. Y otros, incluso aludían a una incapacidad cultural, para salir del subdesarrollo, que algunos llegaban a relacionar con la base genética racial. Aunque es una visión que no comparto, creo firmemente que el descontrol de la natalidad bloquea cualquier opción de desarrollo a los países pobres y que si bien los países desarrollados (nos incluyo, no se muy bien cómo XD) tenemos por delante la tarea de consumir menos, ser más racionales y contaminar lo mínimo, los países en vías de desarrollo tienen que controlar su natalidad y a continuación intentar converger al punto al que los países desarrollados debemos aspirar, no al punto en el que estamos ahora. Si los 1300 millones de chinos, los mil millones de hindúes, los brasileños, los rusos y los turcos intentar copiar a EEUU nos vamos al guano. En quien deben fijarse es en una mezcla entre Finlandia y Cuba (la calidad de vida del primero y la sostenibilidad ambiental del segundo). Y el África subsahariana, el sudeste asiático y la américa central y sur más pobres, deben controlar la natalidad y aprovechar las ayudas que los países más fuertes puedan dar, para desarrollarse y desterrar los niveles de barbarie y corrupción que padecen. Si no se siguen estas premisas de sentido común, nos encontraremos que no hay para todos (me da igual comida, que petróleo, que agua potable), que el tercer mundo no despega y que la raza humana sigue los pasos de las bacterias del mosto cuando se transforma en vino.

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